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Una línea es una sucesión de puntos en el espacio. Todo comienza por un punto.

Marisa Roldán.

 ¿Qué son las emociones?


 Ya nacemos con ellas, son programas que nos llevan a la acción, nos mueven para dar las respuestas ante los   estímulos que percibimos. Son inconscientes, viscerales. Dejan una huella física en nuestro cuerpo y nos   provocan cambios corporales, mentales y conductuales.

 Cuando las hacemos conscientes (a través de la corteza cerebral) pasan a ser sentimientos.


 ¿Qué son los pensamientos?



 La representación mental de algo o de alguien.


 Emociones y pensamientos/ Pensamientos y emociones configuran nuestra realidad y la forma en que nos   relacionamos con nuestro entorno.



¿Qué son las emociones?


Las emociones son reacciones que todos experimentamos: alegría, tristeza, miedo, ira… Son conocidas por todos nosotros pero no por ello dejan de tener complejidad. Aunque todos hemos sentido la ansiedad o el nerviosismo, no todos somos conscientes de que un mal manejo de estas emociones puede acarrear un bloqueo o incluso la enfermedad.
Estas son algunas de las situaciones y reacciones fácilmente identificables que se producen habitualmente en los seres humanos:

Temor a perder la vida o amenaza de un resultado negativo. Reaccionamos luchando, huyendo, manteniendo la situación de alerta o paralizándonos.
Confrontación de intereses son nuestros semejantes. Reaccionamos con ira o enojo.
Pérdida de un ser querido. Reaccionamos con tristeza y empatizamos con las personas que nos apoyan.
Celebración de un éxito o enamoramiento. Reaccionamos con exaltación.
Esfuerzo ante un desafío. Reaccionamos con satisfacción y alegría.
Ante personas que necesitan nuestra ayuda. Reaccionamos de manera rápida y altruista aún a riesgo de nuestra seguridad.
En todos los casos estas reacciones nos ayudan a afrontar mejor esas situaciones.

Para explicar más profundamente los cambios que experimentamos, vamos a centrarnos en el miedo que por ejemplo sentimos ante una situación de peligro en la que puede estar en juego nuestra propia vida.

A nivel cognitivo, es decir, en lo que concierte a nuestra capacidad de comprensión, juicio, memorización y razonamiento, el miedo puede hacernos perder la capacidad de controlar nuestra conducta haciendo que reaccionemos de manera similar a otras especies menos evolucionadas como los reptiles. Es decir, reaccionaremos tratando de decidir si tenemos más posibilidades de sobrevivir luchando, huyendo o quedándonos paralizados. Esta manera de reaccionar, este “programa”, reside en la amígdala, en la parte más profunda de nuestro cerebro. En este órgano “emocional” no tenemos conciencia ni capacidad de decisión y además en él quedan registrados los sucesos que hemos vivido y las sensaciones que hemos percibido lo que hace que no nos olvidemos de lo que nos ha pasado y tratemos de evitarlo en un futuro.

En lo que se refiere al nivel fisiológico y dependiendo de la conducta que vayamos a desarrollar ante la situación, se activarán una serie de respuestas procedentes de diferentes sistemas: tensión muscular, presión arterial, ritmo respiratorio, temperatura periférica, sequedad en la boca etc. que nos prepararán de diferente manera según la respuesta.

A nivel subjetivo, es decir, dependiendo totalmente del individuo, experimentaremos una serie de sensaciones físicas, intensas, desagradables y descontroladas que junto con los cambios cognitivos y algunos pensamientos sobre el peligro y sus consecuencias harán que tengamos una experiencia de terror única e imborrable.

Ya hemos analizado cada una de las tres respuestas que se producen. La suma de todas ellas es lo que provocará nuestro comportamiento, ya sea lucha, huida o paralización, en las mejores condiciones para salvar la vida e intentar no volver a vernos en una situación similar de peligro.

Por otra parte, hay reacciones emocionales que se producen ante situaciones que no hemos vivido todavía, es decir, cuando las anticipamos o las imaginamos. Un claro ejemplo es lo que sentimos cuando vemos alguna escena en alguna película, leemos algún texto o recordamos o pensamos en algún suceso.

El tono hedónico, es decir, el placer que experimentamos o la sensación agradable o desagradable son “la sal de la vida”. Es algo esencial para la memoria, para la toma de decisiones, para nuestros juicios y razonamientos, para nuestra conducta, nuestras relaciones sociales y nuestro bienestar ya que:

Las experiencias emocionales son las más valoradas. Como curiosidad, existen más de 15.000 palabras en inglés para definir estados emocionales.
Los recuerdos que conservamos son mayoritariamente emocionales.
Necesitamos tensión emocional para decidir.
Decidimos muchas veces de manera emocional.
Las emociones nos preparan, nos motivan y nos guían.
Hay otra serie de términos y conceptos muy relacionados con este tema como por ejemplo, los sentimientos. Éstos son más duraderos que las emociones, que son temporales y están más vinculados a la reflexión. No suelen estar relacionados con sensaciones físicas intensas, son más suaves y no ponen en marcha comportamientos de manera inmediata. Para comprenderlo mejor, podemos hablar de la reacción emocional de miedo ante una serpiente que hemos visto en el campo mientras que hablaríamos de sentimiento de miedo hacia las serpientes, algo más general y no vinculado a una situación determinada.

Otro concepto es el estado de ánimo. Un sinónimo podría ser la “vivencia emocional” y como los sentimientos, suele ser más intenso y más prolongado que la emoción. Suele usarse mucho la expresión, al hablar de una persona que tras una pérdida importante se encuentra deprimido y tiene episodios frecuentes de tristeza. El estado de ánimo contrario sería el alegre.

El término afectividad englobaría todos los anteriores, incluidas las emociones, y es el término más genérico de todos.

Finalmente, hay que distinguir entre un estado emocional y una característica inherente a un individuo. No es lo mismo estar nervioso o ansioso por el examen que vamos a tener hoy que ser nervioso. El primer caso es una situación temporal que finaliza cuando lo hace el examen y sin embargo en el segundo, hablamos de un rasgo de la personalidad que acompaña al individuo en diferentes situaciones y a lo largo de su vida.

Fuente:
 https://bemocion.sanidad.gob.es/emocionEstres/emociones/aspectosEsenciales/queSon/home.htm


Por Marisa Roldán 26 de abril de 2022
Uno de los principales problemas a la hora de buscar soluciones a nuestros problemas es la falta de precisión. Andamos dispersos, perdidos y angustiados. Una tormenta de emociones que impide que aclaremos nuestras ideas. Para poder buscar las salidas adecuadas necesitamos encontrar los recursos con los que contamos. Esto lo podremos hacer desde la serenidad, el sosiego y la tranquilidad de nuestra mente. Las emociones no se pueden controlar a no ser que haya un condicionamiento, es decir un entrenamiento intencionado para responder de una forma concreta a determinados estímulos. Las emociones son respuestas con una carga genética. Estamos programados genéticamente para responder de "forma natural" ante un estímulo. Lo que sí podemos hacer es trabajar el cómo sentimos a través de nuestros pensamientos. En este punto es donde encuentran su papel las imágenes de mis árboles. Su sentido es la observación del espectador a través de las formas, los colores, las texturas... Se abre una puerta para que entrar al mundo imaginal. Allí no existe el espacio ni el tiempo. Sólo tú y lo que quieras encontrar. Una vez halladas las respuestas podremos comenzar, si es lo que estamos buscando, el cambio en nuestras vidas. Es aquí donde puede ayudarnos un proceso de Coaching u otro método escogido.
Por Marisa Roldán 25 de abril de 2022
El verano de 2003 lo pasé trabajando (en aquel entonces tenía poca puntuación en el SAS así que trabajaba solo en periodos vacacionales) en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Neurotraumatología y Rehabilitación de Granada. Cuando firmé el contrato me preguntaron, en aquel entonces lo hacían ahora impensable, qué servicio prefería de los que quedaban disponibles. Me atraían todos pero quería acción así que me decidí por la UCI ya que el verano anterior había estado trabajando en las ucis de otro hospital. El primer día pensé para mis adentros, tierra trágame. Si las anteriores habían sido fuertes, esta se llevaba la palma. Sobre todo había gente joven y eso duele. Había una chica de 18 años preciosa. Se había tirado por un balcón. No conozco los detalles de esta historia y sería irresponsable por mi parte dejar entrever un culpable. Lo que sí sé es que ella se quiso matar por no estar a la altura. Si fue su exigencia o la de sus padres la que la llevaron a aquella dramática situación, no puedo decirlo. Sus padres estaban destrozados y ella al borde de la muerte. Y todo porque no había aprobado, no llegaba a las expectativas exigidas. Para colmo tenía una hermana con un expediente brillante. Esta experiencia me ha acompañado siempre... Con dieciséis años comencé a trabajar. La necesidad obligaba. Después de unos años traumáticos y desastrosos a nivel escolar (la muerte prematura de un padre en edades tempranas de los hijos es como si pasara un tsunami por la familia) había recuperado mi centro de gravedad y mi expediente académico era bastante digno. Quería seguir estudiando después de terminar mi primer grado de Formación Profesional, pero la situación familiar era la que marcaba los tiempos y tuve que comenzar a trabajar. Comencé limpiando en una casa por la mañana ya que me permitía compaginar mis estudios de Bachiller nocturno. A los pocos meses un encuentro fortuito de mi madre con un antiguo jefe de mi padre hizo que comenzase en una pastelería muy famosa de Granada. Adiós a continuar mis estudios, me fue imposible compaginar horarios. La vida fue pasando y mi frustración creciendo hasta tal punto que un día decidí que ya no quería seguir en ella. Y enfermé, fueron unos años duros y complicados para mí y para mis seres queridos, sobre todo para mi madre. De esta experiencia saqué la determinación. Llegó el día en el que decidí salir de ahí, no fue fácil, pero lo hice. Lo que vivimos nos marca, eso es indudable. A veces somos dueños de nuestras decisiones y otras veces son las circunstancias las que mandan. Leo muchas veces mensajes como estos de, termina todo lo que empieces, no debes rendirte, no puedes abandonar...Ufff. Lo ideal es que todo fuese ideal, valga la redundancia jeje. Pero no es cierto, hay muchas cosas que dependen de nosotros y otras no. Para mi lo realmente importante es saber hacia dónde queremos dirigir nuestra vida, identificar nuestros objetivos, los nuestros. Aprender a decir "no" es fundamental y crucial decir "sí". Quise formarme como Coach para acompañar a quien me lo pidiese en ese proceso de esclarecimiento de objetivos, de inquietudes, de deseos. Porque no es simple ni fácil. Podemos creer que queremos llegar a un sitio y nos vamos dando cuenta durante el proceso de Coaching que no era ahí donde queríamos dirigirnos. Si tienes vida vívela, pero hazlo con claridad.
Por Marisa Roldán 23 de abril de 2022
¿En qué te inspiras? ¿Cómo nace tu inspiración?. Esta es una pregunta que me hacen frecuentemente. Ponerse frente a un lienzo u otro cualquier soporte en blanco es emocionante. Pocas sensaciones pueden semejarse a lo que siento cuando comienzo una obra. A veces antes de empezar ya sé qué quiero plasmar, otras veces la inspiración viene sola. Hoy os voy a contar cómo nacieron dos obras, las dos relacionadas con la misma persona pero por motivos diferentes. Ya os he hablado de mi amiga Ani, la que me animó a mostrar mis primeros trabajos. Es una persona generosa, sensible, empática, cariñosa...la quiero de corazón. Allá por 2011 una tarde recordé lo que habíamos estado hablando el día anterior Ani y yo. Conversaciones casi siempre trascendentales, es muy pocas veces son triviales las conversaciones con Ani. En aquella ocasión escuché más que hablé, en otras es al contrario. Al imaginar esa imagen en mi cabeza para poder representarla en el lienzo, nos vi como dos Árboles (Marisa Y Ana) . Mi actitud era de escucha, cuando una persona está en escucha activa la postura de su cuerpo lo transmite, la posición es inclinada hacia delante mostrando interés. La conversación era íntima y sentí que además de prestar atención debía proteger a mi amiga y al contexto de lo que me estaba contando. Pero sin intentar intervenir, porque ella no me estaba pidiendo consejo, simplemente me estaba abriendo las puertas de su intimidad. La palabra que me vino a la cabeza fue Comprensión y así se llamó el Árbol. Cuando lo mostré en Facebook, sin decir absolutamente nada de él, la primera persona que me dijo que lo quería para ella, que lo compraba fue...¿Adivináis?. Sí, Ani. En mi última exposición había un cuadro llamado Epifanía perteneciente a la Serie "Sueños". Esa serie cuenta una historia, el comienzo de los propósitos. En mi cabeza estaba muy claro que quería comunicar. Nace una idea y poco a poco se hace proyecto, objetivo y meta. La colección "Sueños" está formada por once cuadros a cual de ellos más bonito y más representativo, soy la primera admiradora de la obra. Epifanía también surgió de una conversación íntima con Ani, pero el sentido era otro. En esa ocasión fue un diálogo profundo, revelador. Esta apreciación fue por mi parte, me di cuenta que este tipo de conexión solo se tiene con muy pocas personas porque el grado de intimidad solo se alcanza con unas pocas personas. No sé exactamente cual es el motivo pero es así. Tuve una epifanía de ahí el nombre del Árbol. Os dejo abajo las imágenes de ambos. A la izquierda Comprensión a la derecha Epifanía. Podéis observar mejor los detalles en la pestaña Galeria.
Por Marisa Roldán 22 de abril de 2022
Árboles...Un Mundo de Emociones, miarbol.org, Marisa Roldán. Sí. Todos estos nombres están relacionados y el uno sin el otro no tiene sentido. En las entradas anteriores os he comentado como surgió el tema de comenzar a pintar y exponer. Después de la primera exposición vendrían muchas más. Si algo tenía claro es qué quería pintar, Árboles. Te preguntarás porqué escribo la palabra Árboles en mayúscula. Te explico. Las imágenes que pinto son la representación de una persona, en vez de pintar o dibujar su cuerpo real lo hago de forma figurativa en forma de árbol, porque encuentro una similitud entre el hombre y el árbol. Imaginar a la persona y manifestar, sus emociones, sus sentimientos, sus sueños...Todo eso y más con esas formas. Escribir en minúscula la palabra árbol sería generalizar, y hacer común a la persona, o la vivencia. Todo mi obra giraría en torno al ser humano, a cómo siente, a su mundo interior y su relación con los demás. Y nació su nombre." Árboles...Un Mundo de Emociones". Mi trabajo "oficial" es Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería, así me gano la vida. Trabajo por cierto que me encanta, me siento plenamente realizada en él y creo sinceramente que es un gran trabajo...Cuidar. La cercanía con el dolor, con la alegría, con la desesperanza y a la vez con la espera y el ruego por la mejoría. Cuántas emociones se generan y se viven. Acompañar y atender al que sufre, al que te necesita, te moldea (si estás preparado/da para ello) de una forma determinada. No digo que seamos mejores personas, pero pule muchos de los rasgos de personalidad de aquellos que estamos cerca. Ya contaba con un buen sustrato, mi trabajo, y un buen nombre que abarcara y expresara el sentido de la obra. Estando trabajando de turno de noche vi en una habitación a un chico con una linterna en su frente y un portátil en sus manos. Serían las tres de la madrugada, todo estaba con las luces que se dejan para iluminar un poco la habitación respetando el descanso de las personas. Me acerqué a él y con voz baja le pregunté qué hacía, me dijo que creaba páginas Webs. Cuidaba a su suegro y fueron muchas las noches que coincidimos. Una noche le pregunté por precios y todo lo demás. Nuestra relación cordial pasó a ser profesional y en ese momento nació mi Web, miarbol.org. Santi me decía que tenía que ser un nombre cortito y fácil de recordar y buscar en Internet, siempre fueron sabios sus consejos. Y por último y no menos importante estaba yo, la creadora, Marisa Roldán. Por mucho tiempo he estado queriéndome ocultar detrás del nombre de mi obra. Pero Árboles...Un Mundo de Emociones no es sólo una obra pictórica o gráfica. Es "Un Mundo" donde se puede refugiar el espectador, es una conversación íntima con uno mismo a través de las imágenes. Durante todo este tiempo me he ido formando para comprender mejor las emociones y el comportamiento humano. A día de hoy soy Coach y me considero buena profesional. Primero porque estoy preparada, formada para ello. Segundo porque he dejado madurar la fruta en el árbol, es decir, no he tenido prisa y he dado sus tiempos al tiempo y es Ahora. Si te apetece en la pestaña Sobre mí de la página web tienes más información. Abajo el cuadro llamado Discernimiento. ¡¡Gracias Santiago siempre fue más fácil el camino profesional con tus consejos!!
Por Marisa Roldán 21 de abril de 2022
Ya llevaba unos cuantos Árboles pintados. Mi creatividad y mi actividad estaban por la nubes, un deseo casi irrefrenable de pintar. Un color que me recordaba algo, formas que expresaban aquello que quería contar, ramas, troncos, raíces, fondos...Un conjunto de sentimientos con apariencia de árbol dedicado a alguien o a algo vivido. Estar en estado creativo es como entrar en trance, el tiempo ya no existe y el espacio tampoco. Tú cuerpo es parte de los materiales que vas a utilizar, a veces pincel y a veces lienzo, a veces color y a veces pintura. La música es parte importante para mí durante este proceso. Bailo, medito, respiro... Es por eso que cuando comienzo una obra no puedo dejarla, estoy inmersa plasmando una historia y necesito contarla de principio a fin, sin interrupciones. Mis Árboles son historias de vida que se cuentan una vez, solo esa vez, por eso son tan valiosos. Ni yo misma puedo repetirlos. Mi primera exposición fue gracias a una pequeña desgracia y a mis amigas Ani y Patri. La pequeña desgracia fue una rotura en una muela, andaba fatal de dinero por aquel tiempo, si os habéis divorciado sabréis de que hablo. Le comenté a mi amiga Ani que necesitaba ir al dentista a arreglarme la dichosa fractura pero que no sabía como hacerlo ya que no podía permitírmelo. Aunque tenía ya una considerable colección de cuadros muy pocas personas los habían visto porque ¿cómo mostrar mis obras si yo era una Auxiliar de Enfermería y ni estaba formada en bellas artes, ni jamás había pintado hasta ese momento? Era un disparate. Pero Ani me animó, me dijo que esas pinturas tenían identidad, que eran muy especiales y bonitas, que las mostrara al mundo. Ella junto con Patri se encargaron de organizar mi primera exposición en "Graná Me Mata", un Pub con una oferta cultural bastante interesante en su día, hace tiempo que no voy por allí, desconozco si siguen. Por la tarde montamos junto con mi hermana Mª Carmen. Las sensaciones y emociones que sentía dentro de mí eran contradictorias. Por una lado súper contenta y por otro muy asustada. No tenía experiencia, ni formación para defender mi arte y tampoco dinero para ofrecer aunque fuese un café. Pero tenía algo que me empoderaba, la verdad. Verdad sobre lo que quería comunicar, verdad sobre aquellas maravillosas imágenes que tenían atrapada mi mente, y mi cuerpo, y eso sí que podía defenderlo. Gustó la exposición, gustaron mis Árboles. No recuerdo haber vendido ninguno en esa exposición, ya contaba con eso, aunque me habría ayudado con la factura del dentista. Pero me sentí orgullosa, feliz, una serie de emociones que hasta ese día no conocía. ...Gracias por vuestra ayuda chicas, nunca olvidaré mi primera exposición!! Abajo uno de esos primeros Árboles.
Por Marisa Roldán 20 de abril de 2022
¿Qué le impulsa a alguien a querer hacer algo? Admiraba a mi amiga Loli por muchas cosas, una de ellas era, porque tenía las paredes llenas de cuadros que ella había pintado. Pensaba para mí que me encantaría si algún día tenía una casa propia (estaba en plena situación de divorcio) tener mis cuadros, mis Árboles. Por aquel entonces era solo un sueño bastante inalcanzable, ya que jamás había cogido un pincel ni nada semejante para pintar. La primera imagen que pinté fue una especie de flor, no sabría como definirla, aquello era una mezcla de colores sin sentido y sin forma. Pero había roto ese muro infranqueable, ese de "no soy capaz de...". Algo dentro de mí me empujaba a hacer, a expresarme, a pintar. Así que seguí. Poco a poco, no sin miedo, iba dándole forma a mis Árboles. Al principio eran sencillos, humildes. Contaban historias de agradecimiento, alegría, amor, fantasía. Había tanta verdad en ellos... A mi querida amiga Mª del Mar le pinté uno allá por el año 2010 con un centro en expansión de color rosa y blanco con fondo azul. Quería agradecerle su generosidad conmigo, esa era mi forma de decirle "Gracias por todo". No era arteterapia porque no estaba sanando nada. Era una forma de expresión, de comunicación. Seguía pintando y pariendo (los considero hijos míos) Árboles, pero no lo hacía con la intención de estar creando obras de arte, nada más lejos de eso, lo hacía porque dentro de mí surgía el deseo y casi la necesidad de expresar mis sentimientos. Continuará... A mi querida amiga Mª del Mar que estará brillando en un mundo más allá de lo físico. Te agradezco de corazón todo el tiempo que compartimos juntas.
Por Marisa Roldán 19 de abril de 2022
F rustración ¿Quién no se ha sentido frustrado o frustrada alguna vez? Yo diría que es un estado que nos acompaña a lo largo de nuestra vida en más ocasiones de las que quisiéramos. Vivimos en una sociedad de "apariencias". Está mal visto sentirse mal. Es como si no fuese natural, nos desagrada ver al otro triste y más aún, perdido o perdida...frustrado o frustrada. Los tiempos normales para vivir este tipo de sentimientos parece que los tuviésemos que acortar u ocultar porque la prisa para todo nos apremia. Y porque lo que opinen los demás nos importa demasiado. La frustración produce en nosotros tristeza y rabia, también miedo porque no sabemos hacia dónde nos dirigimos, ni cómo podemos reaccionar (sin ser conscientes utilizamos comportamientos para no enfrentarnos a los problemas) ante las situaciones que se nos plantean. Pero todo tiene su tiempo, su ritmo y su medida. Saber que algo en nosotros no va bien, no está como queremos que esté es el primer paso. Identificamos qué sentimos. Darnos un tiempo para las preguntas y las respuestas que tengamos que hacernos o hacer. Autoconocimiento. Ajustamos y hacemos los cambios "adecuados y realistas" de las situaciones que provocan o alimentan nuestras frustraciones. Aceptamos y redirigimos nuestra vida. Si necesitamos ayuda busquémosla, hay grandes profesionales que podrán acompañarnos en todos estos procesos que son completamente habituales en todos los seres humanos.
Por Marisa Roldán 22 de mayo de 2021
Conocer cómo nos sentimos y saber qué sentimos, nos ayudará en las relaciones con los demás y con nosotros mismos dando las respuestas más adecuadas a cada situación. Es importante saber qué pasa en nuestro cuerpo, comprender por qué actuamos de una forma o de otra en determinados momentos. Nuestras conductas (actuaciones) están determinadas por nuestros aprendizajes y nuestros códigos genéticos, por eso la experiencia que vive una persona ante un estímulo percibido (sobre todo interno) es subjetiva. Nacemos con unas cuantas emociones, las llamadas primarias. Las respuestas de estas emociones son inconscientes, automáticas. Son programas complejos instalados en nosotros con el fin de ayudarnos a sobrevivir. Al ir relacionándonos con nuestro entorno conforme crecemos, nuestras emociones se van volviendo más complejas y más numerosas. Son las llamadas emociones sociales o emociones aprendidas. A. Damasio habla del teatro del cuerpo y de la mente. Las emociones se dejan ver a través de nuestro cuerpo (física y conductualmente) y través de nuestra mente (un director de orquesta recibiendo, interpretando, organizando y dirigiendo toda la información recibida para crear la melodía apropiada). Pero como he mencionado antes vamos a interpretarla según nuestra visión del mundo (nuestro mundo), posiblemente no será realidad, será la lectura de mi realidad. La Inteligencia Emocional es la capacidad de reconocer, conocer, comprender, desaprender para aprender la respuesta más práctica, efectiva y fácil para nuestra vida. Reconocer: Recibimos multitud de estímulos al cabo del día. Muchos de ellos los percibimos a través de nuestros sentidos. Son esos estímulos denominados EEC (estímulos emocionalmente competentes) aquellos que van a provocar cambios (en nuestro cuerpo y nuestra mente) con el fin de dar una respuesta para adaptarnos a esa situación. Conocer: Sé que en mi cuerpo y en mi mente van a producirse cambios como consecuencia del EEC y de las emociones o sentimientos que me genere. Comprender: Las respuestas pueden ser automáticas, viscerales (emociones primarias) o pueden ser aprendidas (emociones sociales). Desaprender: Aquellas respuestas adquiridas fruto de creencias limitantes o mapas mentales equivocados. Aprender: Las respuestas adecuadas.
Por Marisa Roldán 25 de abril de 2021
La empatía es la capacidad de ponerse en la piel del otro. Para ser capaz de hacerlo primero debemos percibir cómo se puede sentir el otro. Lo hacemos gracias a unas neuronas llamadas espejo. Permiten imitar no sólo lo que hace alguien, también nos ayudan a intuir lo que los demás sienten. ¿Te has preguntado alguna vez si las respuestas que nos dan y no nos agradan pueden estar causadas por nuestra forma de relacionarnos con ellas/os?
Por Marisa Roldán 28 de marzo de 2021
¿Qué sucede cuándo sientes de una forma y piensas y actúas de otra? Este hecho se llama disonancia cognitiva que no es "más ni menos" que un conflicto interno porque no hay armonía ni coherencia en lo que hacemos, sentimos o pensamos. Para reducir el malestar que produce en nosotros en muchas ocasiones nos autoengañamos. Aunque no nos guste porque puede ser que tengamos que salir de nuestra zona de confort, indagar en nuestras creencias, cuestionarnos nuestra forma de vivir... para salir de ese estado de tensión podemos preguntarnos si realmente estamos haciendo lo que queremos hacer, si estamos en el lugar que queremos estar. Podemos preguntarnos si me siento cómodo/da con lo que pienso. Cuando muestro lo contrario de lo que siento, esa tensión aumenta. Hay avisos para darnos cuenta de ese estado con el que no nos sentimos bien sin tener que autoengañarnos para justificarnos. Nuestras emociones se manifiestan a través de nuestro cuerpo, dejan su huella. Hay estudios que demuestran la relación entre algunas enfermedades y las emociones mal gestionadas. Cuando hay coherencia en nosotros porque actuamos según sentimos y pensamos la tensión desaparece. De nada sirve engañarme para sostener una vida que no quiero vivir. Puede que salir de ahí nos atemorice, sin embargo cuando con pequeños pasos obtenemos logros vamos fortaleciéndonos y sintiéndonos capaces del cambio necesario en nuestras vidas para alcanzar ese estado de armonía.
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